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ASOCIACION DE JUGADORES PROFESIONALES DE COSTA RICA

Por un mejor futuro y presente del futbolista profesional y su familia

robinsonEl club que lo vio crecer y formarse como profesional fue el Deportivo Saprissa, y ahí juega actualmente con el dorsal 32, Alexander Robinson es por tercera vez ficha morada.

 
“Yo empecé a entrenar en las escuelas del Saprissa a los siete años, mi mamá me llevaba primeramente los martes y jueves, después con los años, entrenaba mas días, claro que tenía la ilusión de todo niño de ser jugador profesional igual que muchos ídolos que veía uno en esos momentos”, recuerda el delantero.
 

Su debut lo tuvo en 2008 con el primer equipo, “valió la pena el esfuerzo que hice desde pequeño, hay tantos niños en las escuelas de fútbol y cuando a uno lo escogen es porque sobresale, me hay que seguir trabajando, yo lo hice hasta que llegué a primera división”. Y su rostro se ilumina, definitivamente ha sido uno de los momentos más bonitos de su carrera deportiva, no esconde su felicidad al contarlo.

 
En su primer periodo total vistiendo la camiseta morada, se hizo con los títulos del Invierno 2008Verano 2010 y el Torneo de Copa 2013

 
Poco a poco el fútbol también se convirtió en la herramienta para colaborar económicamente en su casa donde vivía con su hermano mayor y su madre, y para vivir en el extranjero.

 
“Me encontraba muy bien en Saprissa, jugaba regularmente, era uno de los capitanes y pensaba que era un momento de dar un paso al frente, un agente en Brasil se fijó en mi, me sorprendió porque ahí hay muchos jugadores y que se interesaran en un tico para ir allá me ilusionó mucho, no dudé en tomar la decisión”, explica.

 
Robinson fue legionario por ocho meses con el club Juventude de Brasil.


“Estaba muy contento porque era lo q yo quería y se me estaba dando, me fui acoplando, me sentía preparado, cuando llegó lo enfrenté de buena manera con la ayuda de Dios aprendí a vivir solo y a ser independiente, maduré como futbolista y como persona”, apunta.

 
Su segunda experiencia en el extranjero tuvo un tinte distinto, fue contratado por el Antigua en Guatemala y tras un resultado adverso en una de prueba de dopaje fue inhabilitado.
 
“Estuve retirado sin estar retirado, porque en estos casos uno es culpable hasta que se demuestre lo contrario, entonces no podía recibir salario, no podía estar con ningún club y en principio pasaría cuatro años sin poder jugar”, explica.


“Esto me marcó muchísimo pero tenía la conciencia tranquila, luché hasta el final para demostrar mi inocencia”.
 

Desde el 2017 juega de nuevo en el fútbol tico, primero con el Municipal Grecia, ahora con el Deportivo Saprissa. Vive en San Antonio de Belén y tiene 30 años. Y cada vez que va a firmar un contrato busca la asesoría de ASOJUPRO, para estar seguro de que será lo mejor para él.